Vamos a hacer una visualización que sana y limpia los chakras, además de desarrollar la facultad del ojo interno de crear y percibir el color.
Comienza en posición de meditación, preferiblemente sentado, procede a enraizar y centrar tu energía.
Cuando te sientas suficientemente enraizado, imagina un disco brillante de luz blanca que flota directamente sobre tu cabeza, y desde el cual puedes acceder a los demás colores.
Empieza por el rojo y hazle atravesar tu chakra de la corona y descender por la columna vertebral hasta llenar el primer chakra de una tonalidad carmesí intensa.
Mantén el color en tu primer chakra durante unos instantes.
Nota la sensación que produce en tu cuerpo ¿te gusta? ¿ Te sientes energizado o incomodo?
A continuación regresa al área situada encina del chakra de la corona y del disco blanco escoge ahora una luz anaranjada.
Hazle atravesar todo tu cuerpo y nota que efecto produce en ti.
Llévala hasta tu segundo chakra y llena tu vientre de un color anaranjado intenso.
Regresa a la corona y busca una luz amarilla para conducirla por todo tu cuerpo hasta tu tercer chakra.
Imagina un fulgor dorado y cálido que sale de tu organismo a la altura del plexo solar, con rayos que se dirigen a cada una de las partes del tu cuerpo hasta llenarlas y darles calor.
Puesto que el tercer chakra está relacionado con la distribución de la energía corporal, estos rayos resultan de vital importancia para extender la sensación de fuego interior.
Ahora llegamos al corazón, al color verde.
Siente que este tono te inunda completamente, aportando una sensación de amor y afinidad con el mundo que te rodea.
Intenta visualizarlo como un brillo verde esmeralda que circunda tu corazón.
A continuación vuelve al disco blanco en busca del color purpura y condúcelo hasta el chakra de la garganta.
Permítele que suavice tu garganta y que relaje tus hombros y brazos.
Siente que los rayos azules se extienden alrededor de tu cuello y se comunican con todo lo que te rodea.
Hemos llegado al tercer ojo, al que por lo general se visualiza con un tono índigo oscuro.
Siente la frialdad de este color mientras inunda tu tercer ojo.
Permítele que se lleve las imágenes extrañas y que limpie tu pantalla interior.
Y por ultimo nos encontramos con el chakra de la corona, visualízalo de un color violeta intenso.
Siente que esta luz violeta entra en el chakra para energizar a todos los demás.
Examina cada uno de los chakras para comprobar si están reteniendo sus respectivos colores.
Echa un vistazo a tu cuerpo en general y comprueba si puedes verlo como un arcoíris continuo.
Mientras analizas tu organismo, nota que colores son los más intensos o brillantes.
Observa la acción de los diferentes tonos y determina cuales te han resultado más reparadores o energizantes.
Los colores que has aceptado con más gusto representan probablemente las energías que mas necesitas en estos momentos. Y los que te han provocado más dificultades representas las aéreas que sueles evitar o donde posiblemente radiquen tus problemas.
Los colores pálidos o apagados representan las áreas débiles, los colores intensos las zonas de fuerza y solidez.
Juega internamente con los tonos hasta que los consideres en equilibrio.