viernes, 5 de febrero de 2010

MEDITACIÓN CON MANTRAS


La eficacia del Yapa se acentúa de acuerdo con el grado de concentración. La mente debe estar fija en la Fuente, solamente así se obtienen los máximos beneficios del Mantra. Cada Mantra posee una fuerza tremenda. Es una masa de Teyas o energía radiante que transforma la substancia mental, produciendo un movimiento particular en el pensamiento. Las vibraciones rítmicas producidas por la repetición del Mantra regulan las vibraciones inestables de los 5 cuerpos. El Mantra controla las tendencias naturales de la mente hacia los pensamientos objetivos y contribuye a fortalecer el poder espiritual. Swami Sivananda.

El yapa es un método de canalizar la propia conciencia desde el nivel inferior al más elevado. Repetido verbal o mentalmente, el Mantra eleva la mente al estado telepático primero y, después, al trascendental.

Existen varias ayudas prácticas para progresar en el Yapa, o meditación con el Mantra, que han sido probadas durante miles de años y están basadas en sólidos principios naturales y psicológicos.

Rezar el rosario es la forma de Yapa más familiar en Occidente. A menudo se usa en la repetición del Mantra un mala, instrumento similar al rosario. Este mala contribuye a mantener la atención, actúa de foco para la energía física y es una ayuda para la recitación continua y rítmica.

Consta de 108 cuentas más una, el meru; un poco mayor que las otras.
El meru es la señal que indica que el Mantra ha sido repetido 108 veces, o un mala.
Los dedos no deben atravesar el meru; cuando se llega a él, se da la vuelta al mala y se continúa recitando el mantra en la dirección opuesta. Las cuentas se pasan con los dedos pulgar y medio, sin utilizar el índice que es negativo psíquicamente. El rosario no debe colgar nunca por debajo del ombligo y cuando no se usa debe permanecer envuelto en un paño limpio.

Los Mantras son invocaciones sánscritas al Ser supremo. Reforzadas y propulsadas por el Yapa, estas invocaciones pasan desde el nivel verbal, a través de los estados mental y telepático, hasta convertirse en pura energía. De todas las lenguas, el sánscrito es la más aproximada al lenguaje telepático debido a su afinidad con los cincuenta sonidos originales. Es, por lo tanto, el camino más directo para llegar al estado trascendental.

Los Mantras han existido siempre en estado latente, en forma de energías sónicas. Así como la gravedad fue descubierta, pero no inventada, por Newton, los Mantras fueron revelados a los antiguos maestros, codificados en las escrituras y transmitidos de Gurú a discípulo.

Mantras saguna:
Los Mantras utilizados por los aspirantes espirituales para lograr la realización de Dios son denominados Mantras de deidad. Son saguna, con cualidades, y ayudan en el proceso de conceptualización, igual que lo hacen los símbolos visuales. El mantra, como estructura sónica de conciencia es la deidad misma. Solamente las vibraciones rítmicas de las sílabas sánscritas, debidamente recitadas, pueden regular las vibraciones inestables del devoto y dar lugar a que surja la forma de la deidad.
Las diferentes deidades son aspectos de la Divinidad única.

La repetición de OM Aim Sarasvatiai Namah proporciona sabiduría, inteligencia y creatividad.
OM Sri Maha Lakshmiai Namah confiere bienes y prosperidad.
El Mantra de Ganesha, OM Sri Maha Ganpataie Namah, hace desaparecer los obstáculos en cualquier empeño.
El Maha Mritiunyaia Mantra evita accidentes, enfermedades incurables y calamidades y proporciona longevidad e inmortalidad.

El Gaiatri Mantra es el Mantra supremo de los Vedas. Purifica la mente, destruye el dolor, el pecado y la ignorancia; confiere liberación y aporta salud, belleza, fortaleza, vitalidad, poder, inteligencia y un aura magnética.

Mantras nirguna:
Los Mantras nirguna carecen de forma. No invocan a ninguna deidad, ni a ningún aspecto personalizado de Dios. Estos Mantras abstractos y fórmulas Vedánticas se utilizan más bien para afirmar la identificación con toda la Creación. Muchos aspirantes perciben el universo en forma de diversas expresiones de energía, todas conectadas e interrelacionadas, y procediendo de una Fuente o Causa original.
Este tipo de mantra crea una vibración en la que el meditador se identifica con la totalidad del Cosmos. Repitiendo uno de estos mantras, el meditador pierde su identidad individual y se funde con la naturaleza. Se declara idéntico a ese sustrato homogéneo, a esa energía o a ese poder existencial que subyace e impregna cuanto existe.

Soham: “Yo soy lo que es”
El meditador es la existencia misma. No tiene forma, no cualidades, ni pasado, ni presente, ni futuro. Ningún tipo de ataduras o limitaciones restringe al aspirante que tiene Soham firmemente fijado en su mente.
Aham Brama Asmi: “Yo soy Brahman”
El meditador aserta su Unidad con el eterno Brahman. Al hacerlo, niega el confinamiento al cuerpo y a la mente y afirma su unidad con lo Absoluto.
Tat Tuam ASi: “Tú eres eso”
“Eso “ es el Brahman eterno, y “Tú” es el meditador. Identifica al individuo como siendo uno con Brahman, el Substrato Absoluto de la Creación, e igual a él.
Om
No existe traducción del OM. Se compone de tres letras: A, U y M. representa los tres periodos de tiempo, los tres estados de conciencia de toda la existencia. A es el estado de vigilia; U es el estado de ensueño y M es el estado de sueño profundo.
Ejerce una influencia tremenda sobre a mente. Las vibraciones emanadas de esta palabra son extremadamente poderosas.
Pronunciado como se escribe, Om, produce cierto efecto sobre el sistema nervioso y beneficia la psiquis, pero pronunciado correctamente, levanta y transforma hasta el último átomo del cuerpo, creando nuevas vibraciones y despertando poderes físicos y mentales latentes.

“Meditación y Mantas” de Swami Vishnu Devananda.