jueves, 10 de noviembre de 2011

LOS DÍAS MÁS REFLEXIVOS DEL AÑO

El sol se esconde temprano, se nos hiela la naríz al salir del trabajo, huele a castañas asadas al doblar una esquina, las hayas siembran de hojas el bosque... En mitad del otoño algunos copos de nieve anuncian que se acerca el invierno, el tiempo en que la naturaleza se repliega para hacer frente al frío.

De la misma manera, nosotros corremos más deprisa por las calles para llegar pronto a nuestra casa, el refugio donde nos sentimos calientes y seguros, donde parece que nada malo pueda pasarnos. Como naturaleza que somos, sentimos esa necesidad innata de retiro, al igual que las marmotas, los osos o las ardillas en las montañas.
Cuidar nuestra casa, dedicar un tiempo a limpiarla y ordenarla puede dar mucha satisfaccion en estas fechas que iniciamos. Hacerla confortable, despejarla de lo inutil, nos permitirá conseguir más facilmente ese reposo mental y físico que todos necesitamos tras largas horas de trabajo.

Pero a veces olvidamos que nuestra verdadera casa es nuestro cuerpo, ese del que no nos mudamos hasta el último suspiro. No dudamos en gastar dinero en cambiar el mobiliario que quedó anticuado o comprar el último televisor ultraplano, extragrande y con conexiones a la NASA, pero a la hora de comprar lo que nos alimenta, que debería ser "bueno, justo y limpio" para nuestro cuerpo y la Tierra (sí, esa que compartimos con las marmotas, los osos y las ardillas), escatimamos hasta el último céntimo: los alimentos biológicos nos parecen caros, cocinar productos frescos lleva demasiado tiempo o las verduras locales y de temporada no satisfacen nuestra ansia de novedades.

No importa si uno está fuerte como un roble, enfermo o algo deprimido. Aprovechemos este tiempo para limpiar nuestra verdadera casa con todo aquello que nos da calor y nos nutre: buenas emociones, buenas acciones y alimentos buenos y sostenibles...

... Las estaciones más frías del año son una invitación a la reflexión y pueden ser una época excelente para el inicio de una renovación interna. Y, de la misma forma que nuestro cuerpo habla con voz sabia aunque a veces no queremos escucharlo, hay voces (muchas) que están reclamando una renovación profunda del mundo en que vivimos ( que incluye a las marmotas, los osos, y las ardillas). Que tu voto, en este mes de elecciones generales, sea provechoso para todos y lo más reflexivo posible. Y si tienes dudas, preguntale a las desnudas hayas.



Fuente: Revista Integral- Montse Cano (Directora de Integral)