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domingo, 7 de marzo de 2010
Asanas para el Chakra Muladhara
De los siete principales centros metafísicos de energía o Chakras el primero, Muladhara, es el que se ocupa de las necesidades físicas y de la supervivencia básica del ser humano. También conocido como chakra raíz, está situado en el plexo sacro, en la base de la columna vertebral (entre el ano y los genitales), tiene la tasa vibratoria inferior, y está asociado al sentido del olfato y al color rojo intenso. Están asociados a Muladhara los huesos, la estructura ósea, las glándulas suprarrenales, el sistema circulatorio (sanguíneo), el calor corporal...
El desequilibrio del Chakra Muladhara está relacionado con determinadas enfermedades como la osteoporosis, la ciática, las varices, el dolor crónico lumbar... y, entre las disfunciones emocionales, el letargo mental, el "vértigo", la mente descentrada, la inquietud y la dificultad para lograr objetivos. Por el contrario, cuando Muladhara está abierto, la persona tiene una gran fortaleza física y raramente enferma; además siente seguridad en sí misma, tiene un poderoso deseo de vivir en la realidad física y frecuentemente actúa dando energía a quienes le rodean.
Existen determinadas asanas para abrir el Chakra Muladhara.
Son las siguientes:
Asana Tadasana
Esta postura o asana, también conocida como la montaña o la palmera, consiste en mantenerse de pie, con las piernas y pies muy juntos (también se pueden mantener separadas al ancho de las caderas), las rodillas estiradas pero relajadas, los músculos abdominales (udhiyana bhanda) y suelo pélvico (mula bhanda) contraídos, la espalda y la pelvis neutra, los hombros hacia atrás, abajo y en línea. Tener la sensación de crecer hacia arriba desde la coronilla, alargando el torso desde los dos costados y estirando el cuello pero con la barbilla paralela al suelo. Mantener la posición durante 10 respiraciones con los brazos firmes al lado del cuerpo o con las manos situadas en posición de plegaria a la altura del pecho (namaste) No es recomendable practicar la asana Tadasana si se padece dolor de cabeza, insomnio y/o presión arterial alta.
Asana Uttanasana
Desde la posición anterior se puede practicar la asana Uttanasana o la postura de manos en los pies. Se trata de una flexión de la columna en la que la espalda desciende recta hacia el suelo intentando mantener las piernas estiradas y llevando las manos al suelo o, en su defecto, a los pies o pantorrillas. En la asana Uttanasana (Ut: intensidad; Tan: alargar), es fundamental relajar la cabeza, el cuello y los hombros. Esta asana elimina las dolencias estomacales y abdominales (flatulencia, estreñimiento e indigestión) y, además, estimula los órganos sexuales y de eliminación. Está contraindicada para personas que padezcan problemas cardíacos, tensión alta o baja y afección ocular.
Asana Utthita Trikonasana
En la tradición hindú el triángulo es un poderoso símbolo de principio divino. En la asana Utthita Trikonasana el cuerpo adopta la forma de un triángulo ascendente, que tiene su base en los pies para conectar con los chakras menores mientras que su vértice se localiza, precisamente, en el Chakra Muladhara. La postura se realiza de pie, con las piernas estiradas y separadas unos 80-90 centímetros entre sí, con los pies girados hacia el mismo lado pero con las caderas orientadas al frente. Desde esta posición se levantan los brazos estirados hasta formar una sola línea en horizontal con los hombros; a continuación se dobla el costado izquierdo lentamente hasta llegar a tocar el pie izquierdo con la mano del mismo lado sin doblar las rodillas y sin girar las caderas. El brazo derecho permanece estirado hacia arriba con el hombro abierto y hacia atrás. La cabeza mira hacia arriba tanto como sea posible. La postura se mantiene unos 30 segundos y después se repite hacia el otro lado. En el caso de molestias en el cuello, se puede mirar al frente o hacia abajo. La asana Utthita Trikonasana tonifica los nervios espinales, flexibiliza la columna, mejora el lumbago, masajea los riñones, el bazo, hígado y páncreas, y aumenta los movimientos peristálticos.
Asana Virabhadrasana I
La postura de Virabhadrasana hace referencia a un guerrero, Arjuna, de una de los textos yóguicos más importantes, el Bhagavad-Gita. En esta asana hay tres posibles variantes. En la primera se comienza con la pierna derecha, dando con un gran paso hacia delante y girando las caderas hacia ese mismo lado. La pierna derecha se flexiona hasta un ángulo recto mientras que la izquierda se estira completamente. Los brazos se dirigen hacia el techo con las palmas enfrentadas o unidas. Se repite con la pierna contraria. En la asana Virabhadrasana I hay un juego de polaridad porque en las piernas se intenta conseguir fuerza y enraizamiento mientras que en el torso se busca proyección del tórax y expansión de los brazos. Esta asana no está recomendada si se padece de presión sanguínea alta y/o problemas cardíacos.
Asana Virabhadrasana II
En la segunda versión de la asana Virabhadrasana las caderas no van a girar al mismo lado de la pierna que se flexiona sino que se van a quedar inmóviles al frente, con el tronco vertical, mientras que el pie derecho se sitúa abierto en 90 grados y el izquierdo gira hacia dentro unos 15 grados. La pierna derecha está flexionada formando un ángulo recto y los brazos se sitúan en una línea horizontal, con los hombros relajados. La mirada se dirige hacia la mano derecha. A continuación se repite la asana Virabhadrasana II hacia el lado contrario. Esta asana desarrolla la fuerza y flexibilidad de los tobillos, piernas, caderas, ingles, cintura, hombros y pecho. Estimula, además, los órganos abdominales y tonifica el aparato digestivo. Se debe evitar en personas con hipertensión y diarrea.
Daya Kaur (Isabel Moya)